sábado, 14 de junio de 2008

NUNCA SERÉ TU HÉROE, el final de AIDA



Después de que me dijera mi hermanita que había salido en los periódicos en las páginas de sucesos, me di cuenta de que era más importante de lo que parecía, tronco. En menuda movida me había metido y todo por culpa de los neonazis que no buscan más que broncas.

La conciencia me corroía por dentro y ya no me aguantaba más, tenía que decir la verdad a la policía, aunque Jorge no estaba muy por la labor de confesar. ¡Le tengo que convencer! De repente, me llamó Carlos, para decirme que me llamaban por teléfono. Fui lo más deprisa que pude porque estaba muy intrigado.
-¿Sí?
-Hola Andrés, soy Sara.

Sara... La chica con la que me mandaba mensajes secretos en las nubes...
Sara... La chica que más he querido...

-Dime Sara.
-Te llamaba para preguntarte qué tal te encuentras y cómo sigue tu brazo.
-Bueno, mejor, aunque me duele como si me pasaran cientos de elefantes por encima una y otra vez, pero qué se le va a hacer así es la vida.
-Qué exagerado que eres. ¿Te apetece salir?
-La verdad es que no mucho, pero me puedes venir a ver si quieres.
-OK. En un rato estoy en tu casa. Chiao.
-Hasta ahora.

Lo que más me apetecía era quedar con ella, pero empezaba a sentir algo por Belén y sabía que ella por mí también. Necesito olvidarme de Sara, no puedo seguir así. Creo que llamaré a Belén y a Jorge para que vengan también.
Al rato llegaron los tres juntos y me puse a hablar con Jorge de lo que nos pasó. Después de mucho tiempo le convencí para ir a denunciarlos y nos pusimos rumbo a la comisaría. Por el camino íbamos hablando y riéndonos, cuando sin darnos cuenta nos chocamos con los neonazis, sacaron las navajas y puños de acero y empezaron a pegarnos.
De pronto apareció Dani con un montón de colegas suyos y nos ayudaron a quitárnoslos de encima. Todos salieron corriendo al ver a tanta gente. Pusimos la denuncia y tuvimos que declarar en el juicio. Jorge se marchó a vivir a Alemania con su madre. Y Belén se marchó a Mallorca con sus padres una temporada para solucionar sus conflictos.
Solo estábamos Sara y yo, me di cuenta de que nunca podría olvidar a Sara por muy lejos que estuviera o mucho tiempo que pasara, y ella me confesó que si estuvo con Jorge era porque no se sentía bien y estaba agobiada, pero que no me olvidaba nunca, así que volvimos a estar juntos igual que antes, mandándonos mensajes en las nubes...
Aida Fernández Bohoyo, 3º de DIVER