El escritor peruano Mario Vargas Llosa, ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 2010. Nació en Arequipa (Perú) en 1936 y desde muy joven manifestó inquietudes por las letras. En 1962 obtuvo su primer éxito con La ciudad y los perros, que le llevó a formar parte de los escritores del Boom de la novela hispanoamericana. Entre los títulos más conocidos se encuentran La casa verde (1965), Conversación en la catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973) o La fiesta del chivo (2000).
Es quizás uno de los escritores hispanos con mayor proyección internacional del momento. Ha participado activamente en la política; en el año 1990 apareció como candidato a la presidencia de Perú. Asimismo, su colaboración en los medios tampoco ha pasado inadvertida; sus apariciones en debates televisivos y en la prensa han causado polémica en más de una ocasión.
Su prosa es ágil y amena, el narrador desaparece en sus novelas y el escritor se pierde en un mundo cotidiano en el que abundan historias que rozan lo inverosímil, sin rebasar nunca el marco de la realidad. Tras un estilo aparentemente sencillo, se esconde una pluma ácida, crítica y satírica, a la que no faltan pinceladas de humor. El logro de Vargas Llosa está, sin duda, en su hábil manejo del lenguaje.
La concesión de el Premio Nobel de Literatura, no ha sido tan esperada como merecida. En este vídeo el autor habla de su reacción al conocer la noticia:
El escritor ya había ganado con anterioridad premios muy importantes para las letras del mundo hispánico, tales como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) o el Premio Cervantes (1994). Por lo que este último reconocimiento no sólo lo confirma como uno de los mejores escritores de las letras hispanas, sino que lo sitúa entre los mejores del panorama internacional.
Sin embargo, Mario Vargas Llosa no ha sido el primer Premio Nobel de Literatura de habla hispana. Otros diez escritores fueron dignos de esta mención: los españoles José Echagaray (1904), Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977), Camilo José Cela (1989); los chilenos Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (19671); el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967); el colombiano Gabriel García Márquez (1982) y el mexicano Octavio Paz (1990). Todos ellos se valieron de la lengua de Cervantes para difundirla y elevarla a la categoría de arte, por lo que este premio no sólo debe considerarse un mérito más de un escritor, sino que también debe entenderse como un premio a nuestro patrimonio: el español.